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Inteligencia Artificial: ¿Aliada o Amenaza? Lo Que Debes Saber Sobre su Regulación

La inteligencia artificial está remodelando nuestra vida diaria de múltiples maneras, ofreciendo oportunidades significativas para el progreso humano. No obstante, es crucial abordar los desafíos asociados para asegurar un futuro donde la tecnología y la ética coexistan en armonía.

Por este motivo, el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (RIA) ha entrado en vigor, estableciendo un marco normativo que busca equilibrar la innovación tecnológica con la protección de los derechos fundamentales.

Esta regulación afecta a desarrolladores, proveedores y usuarios de sistemas de inteligencia artificial (IA) en la Unión Europea, imponiendo obligaciones específicas y sanciones en caso de incumplimiento.

Clasificación de sistemas de IA y prácticas prohibidas

El RIA clasifica los sistemas de IA en función de su nivel de riesgo:

  • Riesgo inaceptable: Sistemas cuyo uso está prohibido debido a su potencial para infringir derechos fundamentales. Por ejemplo, aplicaciones que manipulan el comportamiento humano de manera perjudicial o sistemas de puntuación social similares a los utilizados en algunos países. Estas prácticas están prohibidas y su uso puede conllevar sanciones severas.


  • Alto riesgo: Sistemas que, aunque ofrecen beneficios significativos, también presentan riesgos considerables. Incluyen aplicaciones en sectores como la salud, la educación, la seguridad y el empleo. Estos sistemas deben cumplir con estrictos requisitos de transparencia, supervisión humana y evaluaciones de conformidad antes de su despliegue.


  • Riesgo limitado y mínimo: Sistemas con un potencial de daño reducido. Aunque están sujetos a menos restricciones, se fomenta que los proveedores adopten códigos de conducta voluntarios para garantizar un uso responsable.

Obligaciones para proveedores y usuarios

Los proveedores de sistemas de IA de alto riesgo están obligados a:

  • Implementar sistemas de gestión de riesgos: Identificar y mitigar posibles impactos negativos antes de la comercialización.

  • Garantizar la calidad de los datos: Utilizar conjuntos de datos precisos y representativos para evitar sesgos y discriminación.

  • Asegurar la trazabilidad: Mantener registros detallados que permitan rastrear el funcionamiento del sistema.

  • Proporcionar información clara: Informar a los usuarios sobre las capacidades y limitaciones del sistema, asegurando una supervisión humana adecuada.

Los usuarios, por su parte, deben operar estos sistemas conforme a las instrucciones proporcionadas y monitorear su desempeño para detectar y reportar cualquier anomalía.

Plazos de implementación y régimen sancionador

El RIA entró en vigor el 2 de agosto de 2024, con un período de adaptación para que las empresas ajusten sus operaciones:

  • 2 de febrero de 2025: Fecha límite para que las empresas eliminen o modifiquen sistemas de IA prohibidos que puedan poner en riesgo derechos fundamentales como la privacidad, la salud y la seguridad.

  • 2 de agosto de 2025: Inicio de la aplicación del régimen sancionador para infracciones relacionadas con prácticas prohibidas y obligaciones de los sistemas de alto riesgo.

  • 2 de agosto de 2026: Plena aplicabilidad del reglamento, incluyendo todas las disposiciones y sanciones.

Las sanciones por incumplimiento pueden ser significativas:

  • Hasta 35 millones de euros o el 7% de la facturación anual global de la empresa, lo que sea mayor, por violaciones graves como el uso de sistemas prohibidos

  • Multas de 15 millones de euros o el 3% de la facturación anual, lo que sea mayor, por incumplimientos relacionados con obligaciones de transparencia y supervisión.

Impacto en las empresas y el mercado

La implementación del RIA ha generado diversas reacciones en el sector empresarial:

  • Seguridad jurídica y confianza: Empresas como IBM, BBVA y MAPFRE han valorado positivamente la regulación, destacando que proporciona un marco claro que fomenta la confianza en el mercado y promueve la cooperación y sostenibilidad.


  • Desafíos para la innovación: Algunas pequeñas y medianas empresas expresan preocupación por los costos y recursos necesarios para cumplir con las nuevas obligaciones, temiendo que pueda afectar su capacidad de innovación.


Supervisión y aplicación en España

En el contexto español, la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA) será la encargada de garantizar el cumplimiento del RIA a nivel nacional. Este organismo supervisará la correcta implementación de la normativa y gestionará el régimen sancionador correspondiente.


El Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial representa un paso decisivo hacia la regulación de tecnologías emergentes, buscando un equilibrio entre la promoción de la innovación y la protección de los derechos fundamentales. Las empresas que operan en el ámbito de la IA deben adaptarse a este nuevo marco normativo, asegurando que sus sistemas y prácticas cumplan con los estándares establecidos para evitar sanciones y contribuir a un ecosistema tecnológico ético y seguro.


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